jueves, 31 de julio de 2014

DETERMINACIÓN DEL SEXO
















DETERMINACIÓN DEL SEXO
 En los organismos diploides y particularmente en los animales de importancia zootécnica, existe un par de cromosomas con características particulares que permiten diferenciarlo en ambos sexos, y al que se ha dado en denominar par de cromosomas sexuales, heterocromosomas o idiocromosomas, para dife­renciarlo de los cromosomas restantes, iguales morfológicamente en machos y hembras, denominados autosomas. Prácticamente desde el momento del redescrubrimiento de las leyes de la herencia en 1990, se hacen consistentes las observaciones relacionadas con la asociación del sexo a la presencia o no de cierto cromosoma; las primeras referencias pertenecen a McClung, Wilson y Stevens, siendo estos dos últimos quienes establecieron una verdadera teoría al respecto, por lo que se les conoce como pioneros en el tema.

EL SEXO Y SU RELACIÓN CON CIERTOS CARACTERES SOMÁTICOS
 En diferentes animales de importancia zootécnica se ha registrado la presen­cia de ciertos caracteres cuya expresión fenotípica guarda cierta relación con el sexo del individuo portador, bien sea porque los genes responsables de ellos estén localizados en el cromosoma X, en cuyo caso se denominan caracteres ligados al sexo, o porque localizándose en un autónoma, estén influenciados o limitados por sexo, como ocurre con los cuernos en los ovinos o con la producción de leche en los bovinos.

CARACTERES LIGADOS AL SEXO
 Cuando los genes que determinan ciertos caracteres se ubican en el cromosoma X, sin alelo conocido en el cromosoma Y, se dice que esos caracteres están ligados al sexo. Regularmente el cromosoma Y es de menor tamaño que el X, a pesar de ser su homólogo , lo cual hace que en el sexo heterogamético, macho en mamíferos y hembra en gallinas, surja la posibilidad de que un gene recesivo se exprese aunque de él no exista más que una copia en el cromosoma X (o cromosoma Z en gallinas).
En gallinas se ha reconocido la existencia de un carácter ligado al sexo que representa una buena alternativa en el sexage de los animales al nacimiento, siempre y cuando se le use estratégicamente; se trata del patrón barrado en la disposición del color del plumaje. El plumaje barrado es determinado por el gene B, dominante y ligado al sexo, puesto que se ubica en el cromosoma Z y no tiene alelo en W; la forma recesiva del gene, representada por b, determina plumaje uniforme, por ejemplo de color negro. Cuando se aparea un macho barrado homocigoto (BB) con una hembra del mismo fenotipo (Bo), toda la descendencia será barrada; del mismo modo, cuando se aparea un macho negro (bb) con una hembra de igual color (bo), tendrán una descen­dencia conformada por animales negros. Las restantes cuatro opciones se ilustran en la figura 19, en la cual se aprecia como cuando el sexo homoga­mético es a la vez homocigoto para el gene dominante, en este caso para patrón barrado, aunque se le aparee con hembras de color uniforme, tendrá una descendencia que exhibe en su totalidad el fenotipo del padre.

 Caracteres asociados al sexo

 Por tratarse de genes ubicados en uno cualquiera de los autosomas, se conoce a este patrón de herencia como herencia autosómica asociada al sexo. En este caso el gene que determina el carácter, tiene un comportamien­to diferencial de acuerdo con el sexo del individuo que lo porta, o sea, es influido en su comportamiento por el sexo. Tradicionalmente, ha sido ilustrado este esquema, mediante el carácter calvicie en los humanos, debido a que sólo cuando el heterocigoto es varón, padece de este mal; sin embargo, han sido suficientemente documentados varios ejemplos en los animales de granja, entre los que sobresalen: el color del pelaje en los bovinos de raza Ayrshire, y el carácter cuernos en los ovinos.       

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